10 de agosto de 2008

Madre noche, Kurt Vonnegut

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Confieso abiertamente una carencia mía: todo lo que veo, oigo, siento, gusto o huelo es real para mí. Soy un juguete tan crédulo de mis sentidos que nada me resulta irreal. Esa férrea credulidad mía me ha acompañado siempre. Incluso en ocasiones en que he recibido un golpe en la cabeza o me he embriagado o hasta —una extravagancia pasajera, que no concierne a esta narración— bajo la influencia de la cocaína.

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Extraído de Madre Noche, Círculo de Lectores.

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