6 de diciembre de 2008

Ignacio Echevarría

La poca y siempre muy precaria autoridad que un crítico pueda alcanzar no es un capital del que disponga al comienzo de su tarea, sino algo que va labrándose con el tiempo, resultado de su buen hacer y de su puntería. Por lo demás, fui yo mismo quien, al poco de asomarme al oficio del reseñismo, opté por dedicar una atención preferente a la narrativa en lengua española. La crítica que me interesa, que me importa, al menos dentro de los diarios, es la que manifiesta cierta voluntad de intervención, de enjuiciamiento. Y es hablando de los libros que se hacen en la propia lengua, en el propio país, como más directamente cabe intervenir e influir, por poco que sea, en el desarrollo de las tendencias existentes.

(Leído en una entrevista de El gusanillo, el blog de Blanca Vázquez.)

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